Es muy común creer que unos dientes blancos equivalen a unos dientes saludables. Sin embargo una sonrisa impoluta puede contener también infecciones o enfermedades.
Estudios muestran que entre el 18% y el 52% de la población no está satisfecha con el color de sus dientes. Aunque de primeras, esto pueda deberse a una cuestión estética. Encontramos casos de pacientes que creen que los dientes manchados son insalubres.
Las manchas que aparecen en la dentina pueden ser fruto de la alimentación como del consumo del té negro, el café o el vino tinto. Esta decoloración sin embargo, no indica que los dientes no sean saludables. Unos dientes blancos pueden tener caries o infecciones del mismo modo que unos dientes manchados.
Esto no quiere decir que todas las manchas sean saludables. A veces una decoloración puede indicar caries u otras enfermedades, por eso el dentista tiene que revisar siempre la mancha cuando ésta aparece.
En el caso de que se quiera eliminar una mancha, aunque esta no suponga ningún perjuicio para nuestra salud, existen distintos métodos de blanqueamiento. Para saber cuál es el más adecuado para nuestro caso, lo más recomendable es solicitar una cita y pedir la valoración de un especialista.
Cómo evitar las manchas
Si quieres mantener unos dientes blancos, te recomendamos no fumar ni beber y limitar el consumo de estos alimentos: galletas saladas, caramelos para la tos, lima, limón, pomelo, fruta seca, café, refrescos o vino.
En el cepillado también está la clave: es recomendable cepillarse los dientes 30 minutos después de las comidas ya que lavarse los dientes al instante ayuda a remover las bacterias. Por otro lado, aplicar demasiada fuerza en el cepillado puede dañar el esmalte.
Otro aspecto importante es no utilizar remedios caseros que puedan dañar nuestros dientes. Existen algunos productos «express» de blanqueamiento que pueden resultar abrasivos. Para conseguir un buen resultado es necesario asistir a la consulta de un dentista para preservar el esmalte y no irritar nuestras encías.
