Las vacunas disponibles de la COVID-19 están indicadas para todas las personas adultas. A excepción de aquellas que, previamente, hayan sufrido reacciones alérgicas graves a algunos de sus componentes. En este sentido, quienes presentan alergias al polen, al polvo, a ciertos animales o sufren intolerancias alimentarias pueden vacunarse independientemente de la medicación prescrita por su médico. Los pacientes que sufren enfermedades vasculares o inmunodepresoras, obesidad o diabetes también pueden vacunarse. Es más, deberían hacerlo. Precisamente porque estas patologías son un factor de riesgo en caso de infección producida por el SARS-CoV-2. En todo caso, ante las dudas frecuentes de los pacientes, desde nuestra clínica dental en Terrassa, te explicamos qué medicamentos son compatibles con las vacunas de la COVID-19. Además, te detallamos cuál debería ser, por lo general, la forma de administrarlos antes y después de recibir la vacuna.
Qué medicamentos son compatibles con las vacunas de la COVID-19
Antihistamínicos y problemas relacionados con las alergias
Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), las vacunas de la COVID-19 no están contraindicadas para las personas que sufren cualquier tipo de alergia y/o siguen un tratamiento con corticoides, a excepción de aquellas que tengan antecedentes de reacciones graves a alguno de sus componentes.
Por ello, la única recomendación al respecto tiene que ver con el tiempo de espera por precaución después de la administración de esta. Treinta minutos para los que sufren una alergia común o tienen historia familiar de alergia grave. Cuarenta y cinco, si tienen antecedentes de reacción anafiláctica grave con otras vacunas. De la misma manera, es aconsejable dejar pasar entre siete y diez días entre la vacuna de la alergia y la de la COVID-19.
En caso de que el paciente sufra una crisis alérgica aguda en el momento en el que le toque vacunarse de la COVID-19, es aconsejable posponer la dosis hasta que haya una mejoría.
Antihipertensivos, anticoagulantes y vasodilatadores
La Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha emitido un comunicado en el que desmiente que los anticoagulantes estén contraindicados para la vacuna de la COVID-19. De la misma manera, los antihipertensivos y los vasodilatadores tampoco lo están. En este sentido, no se ha podido demostrar que estos medicamentos agraven los síntomas de la COVID-19. Ni que produzcan interacciones con la vacuna. De hecho, se recomienda que los pacientes que sufren problemas cardiovasculares sean vacunados.
Por otra parte, en el caso de los pacientes que toman Sintrom y Warfarina, es recomendable que se encuentren en rango de INR, entre 2 y 3, antes de la vacunación. En el de los que toman anticoagulantes orales de acción directa, se aconseja evitar el pico máximo en la sangre.
Tratamiento para las personas con inmunodepresión
Las personas inmunodeprimidas pueden y deben vacunarse contra la COVID-19. Los beneficios superan a los posibles riesgos asociados. De la misma manera, el tratamiento inmunodepresor no debe ser modificado, a menos que así lo indique el médico.
¿Es recomendable tomar paracetamol antes o después de recibir las vacunas de la COVID-19?
Después de la inoculación de la vacuna, muchas personas han experimentado algunos síntomas. Entre ellos, fiebre, malestar o dolor de cabeza, por lo que una de las preguntas más habituales es si es recomendable la ingesta de medicamentos como el paracetamol, ya sea antes o después.
Por lo general, los facultativos recomiendan tomar analgésicos tan solo en caso de que aparezcan molestias, no antes.
¿Cuál es la importancia de la salud bucodental durante la pandemia de la COVID-19?
Desde la Clínica Dental Gaudí de Terrassa te recomendamos, además, que no dejes de lado las revisiones periódicas con tu dentista y la higiene bucodental diaria. Sin duda, la prevención es una de las claves para evitar el desarrollo de patologías como la periodontitis, que, además de afectar a la boca, también puede hacerlo a otras zonas del organismo. Según los últimos estudios, precisamente, esta enfermedad bucodental es un factor de riesgo en caso de contraer la COVID-19. Asimismo, la boca es uno de los reservorios del SARS-CoV-2, por lo que un buen estado de esta puede ayudar a reducir la transmisión y el contagio de la enfermedad.
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